Atardecer frío, cálidas sonrisas. Desde temprano comenzaron a tenderse los puestos, a colocarse las sillas, a montarse el escenario. Más allá de la explanada, tras el edificio A, sonaban las porras, los vítores, los gritos apasionados de técnicos, jugadores y familiares de los equipos que disputaban la final de la Copa Americana 2011.
Caído el sol, los invitados multiplicaban sus llegadas en un concierto multicolor de suéteres, bufandas, abrigos, botas y gorros tejidos, y claro, también estaban los que nunca tienen frío, los que usan manga corta o más, sin comprender por qué el resto de la humanidad se cubre.
Mientras unos se detenían indecisos ante los vasos de refresco, otros decididos compraban sus elotes o sus esquites, en tanto que algunos más admiraban las artesanías o paseaban en la lenta delctación de sus banderillas.
Mientras unos se detenían indecisos ante los vasos de refresco, otros decididos compraban sus elotes o sus esquites, en tanto que algunos más admiraban las artesanías o paseaban en la lenta delctación de sus banderillas.
Otros apartaban lugar en las sillas dispuestas como auditorio para la presentación de la Diablada, pastorela con la que los alumnos de primero de comunicación del sistema escolarizado hacían su incursión como cuerpo principal del grupo de teatro representativo de la Universidad Americana de Morelos.
El grupo de teatro de la UAM agradece al público el aplauso al término de la representación de la pastorela la Diablada. |
Antes ya se había premiado a los colegios ganadores de la Copa Americana 2011, en las categorías, primaria chica, primaria grande y secundaria, y los galardonados y sus padres iban y venían entre alumnos, docentes, administrativos y directivos presentes en el festejo.
Tras la tercera llamada, los jóvenes actores tomaron el escenario, tras cuya escenografía se ocultaba una de las cafeterías del campus; así, pastores, demonios, ángeles y peregrinos mostraron al público no sólo la tradicional historia de las pastorelas, sino un poco de crítica a los medios de comunicación y la política nacionales, así como a la corrupción de los cuerpos policíacos y la comida chatarra.
Tras el exitoso estreno de la compañía teatral, los asistentes se dividieron y entonaron las tradicionales letanías que representan la peregrinación de José y María en busca de refugio, las negativas recibidas, y finalmente la aceptación y el ingreso al pesebre que entonces les sirviera de refugio.
La posada UAM 2011 continuó con la tradicional quiebra de piñatas, dos de las cuales fueron para los niños presentes, y una que fue para el personal de la UAM, en un convivio que se prolongó hasta las 21:00 horas aproximadamente.
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