Libera su mexicanidad en convivencia el sistema sabatino de la UAM

Por Juan Pablo Picazo | Tutor de Comunicación
Fotos:  Gabriela Tapia Vega | Docente de Comunicación, Educación y Diseño Gráfico

Comienza a llenarse la explanada central del campus
Loma del Águila, el rector Guillermo Pantoja, observa
al centro de la acción.

Hieleras, licuadoras, tostadas, sombreros, faldas, botas, paliacates, chicharrones, tacos dorados, queso rayado, botonaduras, crema, trenzas, pasadores, todas las cosas que huelan, sepan o recuerden a México este sábado 22 de septiembre, del mes patrio, hicieron los prolegómenos del festejo; se dejaban sentir en los colores de las ropas, los adornos de las paredes, los disfraces y trajes típicos colgados en sus ganchos.

Irleth Gama Serrano,
de Comunicación,
sorprendió a la
concurrencia al
encarnar a Frida
Khalo en el festejo.

Todos en clase, pero expectantes, todos en clase pero entre una explicación y otra, entre la lista y los trabajos por entregar, se escapaban frases, recordatorios, llegadas tardías con fardos conteniendo más alimentos, adornos, textiles y condimentos varios, cómo no. 

Para unos pocos "la fiesta está desfasada, ya pasó el grito." Los demás, llegada la hora, abandonaron los salones de clase sin inmutarse por las fechas, llenaron la explanada, adornaron las mesas, se ataviaron, cocinaron, comieron, cantaron, algunos hasta bailaron.

El Sistema sabatino de la Universidad Americana de Morelos (UAM) no iba a privarse de su convivencia mexicana, faltaba más. Así, el coordinador de Asuntos Estudiantiles, Arturo Medina Mondragón, y la directora académica, Laura Méndez Velázquez, condujeron el programa; los demás actuaron de espectadores, concursantes, fotógrafos, comensales, camarógrafos, catadores, e incluso jueces, mediante su aplauso y sus gritos.

La comunidad universitaria del sistema sabatino se movía en un incesante ir y venir que daba cuenta de bebidas de amaranto, quesadillas, raspados, chalupas, palanquetas, aguas frescas, alegrías, obleas, tinga, jamoncillos, frijoles, refrescos, tamales, y otros comestibles de larga tradición histórica en nuestro país.

En la explanada además, todas las licenciaturas participaron con una o más mesas adornadas en un homenaje a la tradición y al orgullo de nuestra historia, costumbres e identidad. Concursos del mejor disfraz patrio, del mejor grito mexicano y por supuesto, la mejor mesa se sucedieron unos a otros en una algarabía incesante.

Cada grupo coreaba porras en favor de sus concursantes, cada concursante se esforzaba al frente por opacar a sus circunstanciales adversarios, pero la fiesta no menguaba. Incluso funcionarios de la universidad participaron decorando una mesa, caso por cierto el de la directora académica Laura Méndez, y las coordinadoras de los sistemas escolarizado y sabatino, Marcela Flores y Nohemí Jiménez.

Incluso miembros del personal docente de la carrera de derecho se sirvieron participar en el concurso del grito mexicano, aunque por supuesto, su esfuerzo no pudo igualar al de las jóvenes gargantas estudiantiles, curtidas en el barullo y el silencio por igual.

Guillermo Pantoja
Maldonado

Aún faltaba el mensaje del rector Guillermo Pantoja Maldonado, quien desde la ventana de su despacho dirigió un mensaje a la comunidad universitaria en el que dijo: "México se puede ver de muy diferentes formas y desde muy diversos ángulos, en la universidad se trabaja el mundo de las ideas, del conocimiento y de los valores..." agregó que tales valores nos identifican como comunidad universitaria y que para la UAM constituyen una guía porque ayudan a la construcción de un modelo a seguir.

Dijo que en el contexto actual los mexicanos enfrentamos serios conflictos en materia educativa, de seguridad, salud, empleo y añadió que cada uno de ellos es un reto, una oportunidad para construir el México que todos deseamos.

Explicó: "Nadie defiende lo que no cree que sea suyo, el primer requisito para hacer que México y Morelos progresen, mejoren, se superen, es el de la preservación de su identidad; así que tengamos conciencia de que México es nuestro, cada vez más nuestro y lo debemos defender a través del ejercicio de nuestros valores universirtarios."

Al final, menguando los antojitos pero no el ánimo, la comunidad universitaria se disgregó para ingresar a un fin de semana merecido y necesitado, unos con nuevas sonrisas, otros con un catálogo de varias anécdotas y claro, todos, con una reflexión guardada sobre lo que puede hacerse en bien de la patria.